LA SOPRANO HIZO LA OPERA MANON, EN EL ROCHA Paula Almerares brilló en La Plata
El progreso de la cantante es continuo. En el marco de una digna versión de la obra de Jules Massenet, arrancó ovaciones del público platense. Luego de la función, Almerares conversó con Clarín.
Una muy digna versión de la ópera Manon, de Jules Massenet, ofreció el Argentino de La Plata en el teatro Rocha, sede habitual de la institución a partir del incendio que destruyó la sala original en 1977. La protagonista fue la notable joven soprano platense Paula Almerares.El Argentino repuso Manon a 21 años de la última recreación en la vieja sala, en setiembre de 1977. Cantaron entonces Myrtha Garbarini, Dante Ranieri y Nelson Portella, con dirección de Jorge Fontenla y régie de Oscar Figueroa, en un lucido espectáculo, una de cuyas funciones tuvo lugar el día de la muerte de María Callas.La sala del Rocha no es la mejor para juzgar una versión equilibrada de Manon, ante la pobreza de sus condiciones acústicas. Sin embargo, fue encomiable la actuación de la orquesta a cargo de Reinaldo Censabella, óptimo el coro dirigido por Luis Clemente, acertada la régie de Constantino Juri y muy hermosos los decorados de Christian Prego, uno de los cuales semejaba al abrirse el telón del tercer acto a un cuadro de Watteau. Eduardo Ayas (Des Grieux) pareció declinar a partir de San Sulpice y Marcelo Lombardero, siempre excelente actor, fue un eficaz Lescaut.Fue todo un éxito la actuación de Almerares, dueña una vez más de delicada desenvoltura en el difícil rol de la heroína. Su voz sigue exhibiendo espléndido timbre, adecuada extensión y color de extremada belleza. Ha perfeccionado su técnica vocal hasta lograr gran pureza de emisión, brillantez en el pasaje y admirable fraseo. Si en el Adieu n“tre petite table pareció algo contenida en el remate -siempre dentro de una calidad de dicción inmejorable- su expresividad en el aria Je marche sur tous les chemins y la gavota Obeisson quand leur voix appelle hizo estremecer al público a partir de la ovación más redonda de la noche. En todo momento Almerares sostuvo el equilibrio de una recreación medida e inteligente, digna de las grandes voces de un pasado que parece lejano cuando se recuerda la gran Manon de Victoria de los Angeles en 1952.Paula Almerares confió a Clarín sus inquietudes luego de la función: Con la Manon de hoy me pasó algo que no me pasa muy seguido. Antes de empezar tuve la sensación de que el debut ya se había producido. Posiblemente será porque la preparé durante cinco meses, cantándola entera todos los días. Si no tenía pianista ponía una grabación, pero no dejé de hacerla ni un solo día. Creo que lo importante de esta obra es mantener la tensión.El complejo personaje de Manon es todo un desafío para las cantantes…Sin duda. No hay más que analizarlo cuadro por cuadro. El de la hostería parece light, pero tiene un pasaje de coloratura que cierra con un Re. El segundo crea otro clima con la despedida y ni hablar de las dificultades del Cours de la Reine y el dúo de San Sulpice en el tercero, dos expresiones totalmente diferentes. Para seguir variando, y complicándolo todo, el Ce bruit de lor del casino y el tremendo final con el dúo en el desolado paisaje nevado.¿En qué punto de tu carrera sentís que estás ubicada?Estoy consciente de que cometí errores, pero creo que está faltando en este medio el gran maestro repertorista. No se enseña al artista a cantar del principio al fin, con todos los problemas que tiene la ópera en sí. Por eso creo que es difícil forzar la petite table. Es tan íntima que puede perderse la intención al forzarla.¿Cuáles son tus proyectos?Voy a cantar en Pittsburgh, con Sherrill Milnes, pero lo que más me interesa es mi próxima Manon en el Carlo Felice de Génova con Marcelo Alvarez, en marzo del 99, dirigidos por Daniel Oren.